Muchas veces pensamos que algo es nuestra culpa, cuando en realidad no importa “de quien es la culpa” o quizá nadie la tiene. Si, se puede ver a quien correspondía la responsabilidad de hacer o dejar de hacer determinada cosa.
Es clave dejar de sentirte mal cuando la culpa aparece. Hacer lo que esté a tu alcance para solucionarlo, claro, si puedes hacerlo. Pero sentirte culpable y auto castigarte por lo ocurrido sólo puede llevarte a lugares de infelicidad e insatisfacción.
Consejos:
Identifica el hecho que provoca la culpa que sientes y fíjate cómo puedes transformarla en algo positivo. Algo que te genera culpa es algo que sabes o piensas que está mal, entonces es una situación que te invita a mejorar ya que en caso de que las cosas se puedan solucionar, se solucionan y si no, se aprende de ello y te quedas con una nueva experiencia que te ayudará a crecer. La culpa si no, se encargará de torturarte día con día y que no te dejará espacio para obtener el nuevo aprendizaje que tienes frente a ti.
La respuesta a "Quién es el o la responsable", no siempre tiene la misma respuesta que “quién es el o la culpable” es como que una supone un premio si se sucede mientras solo un castigo si no se dan las cosas como debería, ¿no?
Reflexiona acerca de las consecuencias que ha traído a tu vida el sentirte culpable. Por ejemplo, entre las consecuencias más comunes se encuentran el vivir con preocupación y estrés por estar pensando constantemente en aquello que ocurrió y que quizá ya no se puede remediar. Castigarte y sentir que no mereces ciertas cosas positivas en tu vida, torturarte, no poder conciliar el sueño, etc. La reflexión sin enredarte en tus sentimientos negativos, la reflexión real en la que te preguntes si realmente vale la dimensión que le estás dando al asunto, tendrá como resultado un poco de paz.
¿Para qué continuar culpándote? Haz un balance acerca del motivo por el cual continúas culpándote a ti mismo ¿la culpa te ayudará a mejorar?, ¿hará que soluciones la situación?, ¿si te culpas te sentirás mejor persona? ¿Qué pasaría si dejaras de culparte?
Imagina qué pasaría si dejaras a un lado la culpa y aceptaras únicamente las responsabilidades.
Piensa acerca de cómo sería tu vida y en qué cambiaría. Cierra los ojos e imagínate a ti mismo por unos minutos sintiéndote libre, sin culpa, obteniendo un nuevo aprendizaje de cada situación por la que te has culpado siempre.
Aprende a perdonarte y a perdonar a los otros.
El perdón hacia uno mismo es esencial en cualquier proceso de recuperación. Pero muchas veces el culpar a otros es solamente un reflejo de las propias frustraciones.
Te recomiendo que escribas una lista de todas las cosas por las que has estado culpándote y finalmente una de las cosas por las que culpas a los otros.
Si te atreves, puedes hacer un ejercicio de teatro que consiste en imaginarte a ti mismo frente a ti, y decirte en voz alta todo aquello que se te ocurra, incluyendo esas cosas por las que te crees o sientes culpable. Pero no desde el "no deberías haber hecho tal o cual cosa" sino desde el "eres culpable por tal cosa" te lo dices seriamente y en voz alta. Y entonces tu mismo te defiendes, te justificas o te pides disculpas.
No tengas miedo ni vergüenza que nadie te verá hacerlo. Se trata de un juego catártico que te ayudará a sacar afuera cosas que pesan en tu cabeza o en tu pecho.
A veces, hay cosas que no podemos hablar, y al intentar meditar nos mareamos y los sentimientos no dejan que escuchemos bien a los pensamientos.
Es entonces cuando jugar a hablar con uno/a mismo/a se vuelve tan útil. También el papel y el lápiz se vuelven unos asistentes de lujo.
Verás que fuerte y que revelador resulta escucharte, y leer lo que tú mismo tienes para decir.
Disfruta la vida, ayúdate a disfrutarla. Esto también pasará
Belén.
Comments